Hoy vamos a ser todos científicos, vamos a experimentar con uno de los primeros elementos que aparecen en la creación: LA LUZ
ACTIVIDAD
Para nuestro experimento necesitamos estos sencillos elementos:
- jugo de 1 limón
- papel
- 1 cotonette o 1 palillo
- linterna.
Vamos a introducir nuestro palillo o cotonete en el jugo de limón y vamos a escribir la palabra CRISTO en la hoja blanca. Vamos a esperar que seque. Pregunta: alguien ve algo? Ahora pongamos nuestra linterna detrás del papel, y comenzaremos a ver como nuestra palabra aparece de repente!!!
Estuvo bueno no? Nuestra palabra apareció porque la luz, con su calor, hizo que se MANIFESTARA la palabra (Cristo) que escribimos. Este experimento nos introduce en una verdad que renueva y transforma nuestra manera de pensar y de vivir.
Luego de realizar nuestros dibujos, vamos a introducirnos en estas verdades que oramos para que sean reveladas en nuestra vida.
2 Pedro 1:19
" 19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;."
(Reina-Valera 1960)
Según lo que leemos, no nos está pidiendo que miremos hacia afuera; sino que dice: "...y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones...", es decir, de nuestro interior; es lo que está generando el Espíritu en nosotros. Esta Palabra profética que estamos recibiendo está haciendo crecer dentro de nosotros una Luz sobrenatural, una Luz inexplicable, una Luz que podemos ver como la luz de la Aurora, la Luz de la Justicia de Dios que asciende sobre nuestra vida. La Manifestación que el mundo entero está esperando no es una manifestación que viene de Arriba, porque la de "arriba" ya vino. Nuestro Padre ya envió a su Hijo Jesucristo y lo que tiene que ocurrir es que ahora la manifestación de Cristo que sale de nuestros corazones, sale de nuestro interior. ¿De qué forma?
Gálatas 2:20
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."
Si ya no vivimos nosotros mismos, es Cristo gobernando, y pasamos a ser la expresión de la Gloria de Dios. Esta es la diferencia de manifestar y de exhibir.
Somos la manifestación de lo que tenemos interiormente en Cristo, y no somos la exhibición de una "Religión", de buenos conceptos o de una "moral" establecida que simplemente termina siendo un maquillaje. Hoy nosotros somos la expresión más perfecta de la Gloria de Dios.
Y esto nos tiene que llevar a un entendimiento y una madurez para poder transitar en el proceso de perfeccionamiento que el Padre está requiriendo de sus Hijos.
Hemos pasado demasiado tiempo como iglesia, acudiendo a necesidades externas pero sin ver lo que el Padre estaba pidiendo. Sin embargo nuestra tarea siempre fue que nosotros presentemos a Cristo y lo manifestemos a Él.
Cuando hablamos, que sea Él hablando a través nuestro. Porque Cristo hace y dice lo que proviene del Padre. Muchas personas piden ver a Cristo, pero en realidad tienen que ver a Cristo en nuestras vidas. El está creciendo en nosotros, y seguirá creciendo, hasta que llegue el momento donde sea imposible detener la manifestación del Señor en medio de nuestras vidas y podamos decir como dijo Jesús: "... el que me ha visto a mí, ha visto al Padre...".
Oremos como familia, como casa el poder manifestar la vida de Cristo, que podamos dar un mensaje que todos puedan leer, y que lean a Cristo a través nuestro. Amen!