Dios se va a presentar en el nuevo testamento como Padre, ese es el nombre que trae Jesús. Jesús nunca llamó a Dios como Jehová, sino que siempre lo llamó Padre. Ahora estudiemos juntos, dividiendo rápidamente los pasajes para que cada uno lea sin distracción:
Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?
Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.
Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.
Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre.
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
pero para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vámonos de aquí.
Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.
Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.
Oísteis que yo os dije: "Me voy, y vendré a vosotros." Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que yo.
Jesús respondió: Yo no tengo ningún demonio, sino que honro a mi Padre, y vosotros me deshonráis a mí.
de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Dios no nos envió a un pastor, a un apóstol, envió a Su propio Hijo para que pueda hablar de la relación que Él tiene con su Padre. Dios está interesado en que nosotros le conozcamos como Papá.
Antes, los profetas le conocían como Jehová, Yeshua. Pero en un Nuevo Pacto, en el tiempo de la Gracia, quiere presentarse en una relación de muchísima intimidad. Envío a su Hijo para que nos hablara de Él como un Padre.
Los discípulos estaban inquietos, querían saber y conocer cómo oraba Jesús, como Él hablaba con Dios en oración. Entonces le preguntaron, ¿cómo nos comunicamos?, ¿cómo hablamos?, ¿cómo oramos?. ¿Le decimos Dios todopoderoso, creador de los cielos y la tierra?, ¿Omnipotente? ¿Oh Gran Yo Soy?
Pero Jesús les dice: “ustedes cuando se dirijan a Él díganle; Padre nuestro que estás en los cielos”.
Adoremos y agradezcamos como familia que Jesús vino para que nosotros tuviésemos la revelación del Padre.