Cuando conocemos a alguien se abre una nueva relación, es una nueva oportunidad para acceder al encuentro. Al principio vamos tímidamente, compartimos nuestros nombres, decimos a grandes rasgos qué hacemos, cómo está formada nuestra familia, donde vivimos, etc.

IMPORTANTE

Los invitamos a que cada uno haga a otro del grupo familiar, o con quien comparte el tiempo del Altar, la encuesta que está al final de esta sesión. Pueden hacerla entre todos, o en forma personal

Nuestra relación con Dios se desarrolla a medida que nosotros permitimos que Él acceda a nuestra vida. Él ya nos escogió, y si estamos sentados aquí como casa, es porque Él ha decidido darse a conocer.
Efesios 1:4 al 6 (Leer aquí)

Ahora somos nosotros los que vamos permitiendo el acceso de Él en nuestra vida, depende de nosotros cuánto estamos dispuestos a seguirle. Nosotros podemos dar acceso a una persona en nuestra casa hasta la puerta, podemos permitirle llegar a nuestro comedor, darle acceso a nuestra cocina, pero a nuestra habitación le damos acceso a nuestros íntimos. 

Juan 17:22-23 (NVI)

22 Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: 23 yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí

Salmos 4:2-3 (NVI)

2 Y ustedes, señores, ¿hasta cuándo cambiarán mi gloria en vergüenza? ¿Hasta cuándo amarán ídolos vanos e irán en pos de lo ilusorio? Selah 3 Sepan que el Señor honra al que le es fiel; el Señor me escucha cuando lo llamo.

Salmos 100:2-5 (NVI)

2 adoren al Señor con regocijo. Preséntense ante él con cánticos de júbilo. 3 Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos.[a] Somos su pueblo, ovejas de su prado. 4 Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. 5 Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.

Isaías 43:10-11 (NVI)

10 «Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí. 11 Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador.

Juan 17:3 (NVI)

3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

Hechos 17:26-28 (NVI)

26 De un solo hombre hizo todas las naciones[a] para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, 28 “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes”.